MARCHA
¿Usted sabe algo de música?
¿Si?
¡Pero qué bien! Entonces podrá ejecutar el RICO TIPO SHOW con cualquier instrumento.
¡Métale nomás con el que tenga a mano, piano, arpa, violín, clavicordio, bombo o serrucho y se sentirá otro!
¡Más alegre, más feliz y sus contrariedades desaparecerán al instante!
¡Puede repetirse todas las veces que desee!
PINOCHO, ALVARITO
ANTONIO Y PEDRITO
TIENEN SU SHOW
Y RICO TIPO LO TIENE TAMBIEN
Y RICO TIPO LO TIENE TAMBIEN
RICO TIPO SHOW
HACE REIR
RICO TIPO SHOW HACE REIR
DE LA TAPA
A LA CONTRATAPA
LE PONE LA TAPA AL MAL HUMOR
Rico Tipo agradece muy especialmente la gentil cooperación de los ARMONY CLUB.
lunes, 26 de noviembre de 2007
jueves, 15 de noviembre de 2007
miércoles, 7 de noviembre de 2007
UN RICO TIPO
Un día de Julio (el 5 precisamente, de 1969), a los 55 años desaparecía físicamente en un desconocido pueblito brasileño (Lajes), quien en vida acaparó la década del 40. Se llamaba José Guillermo Divito, pero sus amigos lo llamábamos “Willy”.
Lo de acaparar no es exagerado. Por el contrario. Buenos Aires vestía “ a lo Divito” (tanto Hombres como mujeres); se bailaba, se hablaba, se vivía “a lo Divito”. Los coches sport se pusieron de moda porque él, en un reportaje, dijo una vez: “nunca me van a ver subido a un cuatro ruedas”. Pero por sobre todas las cosas fueron sus “chicas” las que le dieron fama universal.
El éxito obtenido no se redujo a las porteñas o a las mujeres de los países limítrofes; en el Viejo Mundo se publicaron las chicas de Divito como un testimonio de la moda femenina argentina. Aquellas jóvenes con cintura de avispa y camisas insinuantes bajo el “jumper”; zapatos con tacos altos y cintas alrededor de las pantorrillas que remataban en un lazo al costado eran las embajadoras de una moda “for export, made in Argentina”.
Fue toda una época en que el tradicional vestir de los hombres tampoco pudo resistir. Los pantalones abombillados, bien ceñidos a la canilla, no podían calzarse con los zapatos puestos. En la parte superior prolongaban la cintura hasta el pecho y los botones quedaban al descubierto, enmarcado por el saco de largas y anchas solapas. El saco ajustado a la cintura (... con dos botones), finalizaba acompañado. Luego hubo variantes, con tajo a los costados o en la parte central trasera; la manga terminaba en la parte superior con una hombrera que enmarcaba los hombros. Las alas de los sombreros se alargaron y los nudos de las corbatas se agrandaron como los cuellos de las camisas...
Dijimos que Europa adaptó la moda de “las chicas de Divito”, pero nos falta acotar que el celebrado músico Cab Calloway “se vestía exactamente a la creación de Willy” en todos sus recitales neoyorkinos... Sin quererlo, aquel ingenioso dibujante “padre” de Bómbolo, Fallutelli, el Doctor Merengue, Fúlmine, Pochita Morfoni y tantos otros, se convirtió en “un dictador de la moda de los años ‘40”.
Soltero empedernido, calificado de “Play Boy”, reinó en la ciudad y en el mundo a partir del lanzamiento de su revista Rico Tipo en 1944 durante casi una década. Sin embargo, alguna vez se autocalificó de “solterito”, como aquel porteño que Scalabrino Ortiz situó en la esquina de Corrientes y Esmeralda (...como alguna vez, muchos años atrás le cantó el propio Celedonio Flores).
Tengo que confesar que a pesar de haberlo conocido no puedo asegurar que haya sido “un asiduo concurrente a los hipódromos o que haya despuntado el vicio cotidianamente”... pero, cuando Miguel Angel Busso militó en las huestes de colaboradores de Rico Tipo me consta que lo “dateó” con un caballo de Alvariza que “no tuvo chapa”. Willy no dijo nada, pero al cobrar la quincena se encontró con una tarjetita en el sobre que decía escuetamente: “Porqué no te hacés un par de zapatos con el cuero del burro...?”
Fueron grandes amigos y se respetaron mutuamente. El personaje creado por Miguelito (“Pepe El Ronco”), pudo tener la consagración definitiva de llevar los trazos del genial dibujante. Pero quedó en un proyecto que no llegó a concretarse...
Lo dicho. No me consta su afición burrera, pero Divito tenía, como dirían los franceses, “le physique du rol” pues a su elegancia habitual en el vestir, solo le faltaba colgarse del hombro izquierdo unos prismáticos con su correspondiente estuche, para transformarlo en un distinguido “sportman”...
Chau. Hasta la proxima.
M.M.
lunes, 5 de noviembre de 2007
viernes, 2 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)